La Escuela de Transparencia Internacional sobre Integridad enseña temas de transparencia para jóvenes de todo el mundo y de distintos sectores (público, privado o sociedad civil). También ofrece oportunidades y herramientas para implementar en la práctica los conocimientos adquiridos y las ideas de quienes participan. En los 11 años de historia de la Escuela, por Guatemala, han participado nueve jóvenes, de los cuales tres somos parte de Diálogos.
Las enseñanzas de la Escuela tienen un poder especial considerando que la transparencia y la lucha contra la corrupción son temas de interés global. Reiteradamente se ha evidenciado que la escala y las implicaciones del fenómeno de la corrupción son mundiales. Ahí, por ejemplo, el impacto del retorno del Talibán en Afganistán, que representa un retroceso de al menos 20 años para ese país, es producto de las debilidades estructurales en cuanto a la lucha anticorrupción, y tiene efectos relevantes para el mundo. Esto tiene eco, además, con los reiterados posicionamientos oficiales de Estados Unidos en referencia a la lucha contra la corrupción. Al respecto, en junio de este año, el Presidente Biden declaró que la corrupción es un asunto de interés nacional. Por lo tanto, contar con un espacio formativo, en donde coinciden participantes y expertos de todo el mundo, es especialmente valioso.
Además de las lecciones de cada uno de los temas que imparte y de la riqueza de coincidir con personas de todo el mundo, la Escuela tiene efectos en el ánimo, las emociones y las convicciones de quienes egresan de ella. En días y contextos como los de ahora, compartir esos bríos, que se impulsan con energías propias de los espacios académicos, podría ser esperanzador.
Los datos
Este año, la Escuela aprovechó el arte, diversos documentales y referencias bibliográficas, conferencias y disertaciones de personas expertas de todo el mundo, las trayectorias y el intercambio de todo el grupo de estudiantes, varias plataformas web para la obtención o el manejo de datos, y hasta juegos en línea, para impartir los temas programados, de los cuales hay muchísimas enseñanzas y reflexiones valiosas a destacar.
De todos los temas, hubo uno que considero particularmente sobresaliente. En primer lugar porque, en general, fue transversal en todos los módulos de la Escuela y puede ser, asimismo, en los temas de lucha contra la corrupción en Guatemala. También, porque es representativo de los mismos valores anticorrupción que defendemos: verdad, imparcialidad y transparencia. Con ese preámbulo hago referencia a la obtención, medición, registro, manejo y análisis de datos.
Los datos fueron presentados en la Escuela, literalmente, como un superpoder. Un superpoder que radica en la posibilidad de encontrarles y darles sentido en su conjunto para conseguir conocimientos, hallazgos, recomendaciones, y soluciones, a partir de sus bases sólidas. Para efectos de introducción a ese universo infinito, se recomienda seguir cinco pasos básicos: idear, investigar, limpiar, analizar y visualizar.
En principio, en el campo de las ideas es en donde inicia a activarse el superpoder de los datos. En esta primera fase, lo aconsejable es proponerse saber y descubrir, incluso con la disposición de no simplemente aplicar un método preestablecido, sino de ser capaz de replantearlo y adaptarlo de diversas formas, según las necesidades que se tengan.
Posteriormente, en la etapa de investigación, resulta sumamente útil contar con bases de datos consistentes. Existe una amplia diversidad, ya sea de fuente gubernamental o no gubernamental. A mi, me resultan especialmente fascinantes: ourworldindata.org; aleph.occrp.org; id.occrp.org; y opendatainception.io. Luego es indispensable, además, hacer fact-checking de los datos obtenidos, para poder asegurar la veracidad de la información. Es fundamental preguntarse quién y cómo se recolectaron los datos a utilizar. También es útil verificar si existen más fuentes de información para contrastarlos. Finalmente, la clave es aprender a determinar qué pregunta pueden contestar esos datos, cuál es el objetivo, qué es lo que se quiere saber y obtener a partir de esos datos.
Con base en ese último punto, se inicia la etapa de limpiar los datos. Para el efecto, la clave es apoyarnos en las herramientas de scraping y de conversión de archivos que nos resulten productivas. El objetivo final es contar con información legible, editable, bien documentada y claramente estructurada. El programa básico con mayor utilidad para estos efectos, y para iniciar con la etapa siguiente, es Excel.
Por su parte, para el análisis, es de suma importancia llevar como premisas fundamentales la necesidad de novedad, verificabilidad y simplicidad, ya que son aspectos primordiales en este tipo de ejercicios. Otro componente relevante radica en el establecimiento de criterios y límites para el análisis: período de tiempo, delimitaciones geográficas o demográficas, entre otras. Por lo tanto, este punto tiene particular vinculación con la satisfacción de los planteamientos iniciales de la investigación.
La visualización, como etapa final, es preponderante por dos aspectos principales: identificación de patrones y presentación gráfica y amigable de los hallazgos y resultados que se quieren transmitir a las demás personas. Para esto, son centrales cualidades como la elección de gráficas, palabras y colores apropiados para lo que se pretende demostrar. Para optimizar el proceso, se recomiendan portales web gratuitos, que permiten acceder de forma fácil a estas herramientas (incluso subiendo un archivo en formato excel con la información que se pretende graficar), por ejemplo: Datawrapper, Flourish, RAWGraphs y FastCharts.
Adicionalmente, como otros tips para iniciar en esta importante labor, se sugiere tener paciencia, practicar, consultar con expertos las veces que sea necesario, y usar mucho papel y lápiz para no escatimar en apuntar todo lo que amerite. También es conveniente tener presente que es una asignatura en la que la capacidad de aprender, de replantear y de innovar es infinita. Más allá de esta breve introducción, existen personas científicas con un manejo fascinante del tema y con conocimientos de programación de amplios alcances, hay abundante material bibliográfico al respecto, y hasta podcasts. More or Less: Behind the Stats, está en Spotify, tiene episodios cortos que pueden escucharse de forma independiente, es divertido e ilustrativo, y habla de las olimpiadas, de twitter, y hasta de la ivermectina para tratar el Covid.
En medio de la práctica de estas enseñanzas, que al inicio resultan demandantes (sobre todo en términos de creatividad, de atención y de habilidad), anoté en mi cuaderno: “si la data conmigo, quién contra mí”. En ese sentido, es oportuno señalar que es un trabajo que en cualquiera de sus fases se puede convertir en un tarea difícil, sobre todo en contextos en los que la tendencia generalizada son la oscuridad y la ambigüedad en el manejo de información. Sin embargo, es un superpoder que vale el esfuerzo por sus resultados ulteriores.
A propósito de los resultados, otro aspecto de vital consideración consiste en el diseño de estrategias óptimas para transmitirlos oportunamente y para generar campañas exitosas de promoción, a partir de la articulación y el consenso de diversos actores. Lo primordial, como ya se mencionó, es la naturaleza misma de los datos como un sustento poderoso de lo que se afirma, se propone y se defiende. Su inercia radica en su propia cientificidad, imparcialidad, verdad y transparencia.
Concretamente, en el tema de la lucha anticorrupción, los datos resultan contundentes para evidenciar la gravedad del problema y sus magnitudes. Eso aunado, con mayor razón, a otra lección esencial que deja la Escuela con respecto a que la lucha contra la corrupción es una lucha multisectorial y multidisciplinaria. La corrupción es un fenómeno global y multidimensional, que debe estudiarse desde puntos de vista jurídicos, políticos, sociológicos, antropológicos, económicos, psicológicos, comunicacionales, estadísticos, financieros, ambientales, entre muchos otros. Eso, en un contexto como el de Guatemala, se presenta particularmente como una necesidad ineludible para quienes ejercemos y defendemos la integridad ante todo.
Epílogo
Desde cualquier parte o cualquier frente en que la consigna sea luchar por la transparencia y en contra de la corrupción, siempre se obtienen logros importantes. Para tenerlo reiteradamente claro, socializar experiencias con personas de diversas procedencias, de distintos oficios y profesiones, provenientes de todo el mundo, es bastante ilustrativo.
Los logros que quedan de luchar son, particularmente, datos y lecciones que pueden ser compartidas, aprendidas y replicadas en tiempos y espacios diversos. Es necesario aprender a capitalizar y potencializar esos logros: estudiándolos con la imparcialidad científica de la academia, poniéndolos en común en la discusión y en la práctica, y, ampliándolos en la articulación y el consenso multidisciplinario y multisectorial.
En la medida en que adquirimos superpoderes y nos convencemos de que nuestras fortalezas son conjuntas, somos capaces de renovar nuestras esperanzas. Así me siento con todas las energías y los aprendizajes de la Escuela. Y, seguramente, así se sintieron quienes estuvieron antes que yo y aún continúan trabajando con integridad por las mismas causas (dos de ellos compañeros de Diálogos). Y, enhorabuena, puede anticiparse que así se sentirán quienes participen los próximos años.