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Tras la Sombra del Miedo: El Mapa de Extorsiones en Guatemala

Por Édgar Menchú
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Características generales

La extorsión, entendida como una práctica de violencia, conforma un fenómeno complejo en el que convergen aspectos tan diversos que caracterizan sus motivaciones, la producción del acto en sí mismo y sus efectos.  Las motivaciones son de índole económica en cuanto a que se trata de una transacción, en la que, a cambio de no producir un daño, se exige algo que se considera beneficioso para quien perpetra el acto, o bien para “recaudar un tributo a cambio de brindar protección física (en ausencia del Estado)”[1].  En el medio de la transacción se sitúa el miedo como un factor que atraviesa la subjetividad de quienes intervienen y que se traduce en el soporte de una relación de poder entre el perpetrador y desprotección el sujeto agraviado.

En Guatemala, la extorsión fue incluida como delito en 1973, en el Código Penal, pero empezó a ser considerada por el Estado como un problema de magnitudes sociales durante la primera década del presente siglo.  Por ello, en 2009 fue incluida en la Ley de Fortalecimiento de la Persecución Penal en la que se hace mención de la necesidad de readecuar el tratamiento de este delito a raíz de “las circunstancias delictivas actuales”. Como expresión institucional, que, como afirma Espinoza, “demuestra la relevancia de este hecho delictivo en el país”[2], a partir de 2014 fue creada una fiscalía especializada para la atención diferenciada de casos de extorsión, se trata de la Fiscalía de Sección contra el Delito de Extorsiones.

Se puede decir que esas “circunstancias delictivas actuales” corresponden al establecimiento de la violencia como un fenómeno crónico, como lo ha indicado Adams[3], quien además, menciona otros factores que contribuyen al aumento de la violencia social, como los efectos concomitantes (no intencionales) de la globalización y los “patrones caóticos de urbanización”[4].

De hecho, Levenson[5] menciona que el fenómeno de las pandillas en Guatemala, se hizo cada vez más visible conforme fue creciendo la ciudad desde mediados del siglo XX, hasta inicios de los ochenta, cuando “declinaron” brevemente, pues resurgen nuevamente a mediados de la misma década. No obstante, Jütersonke[6] indica que es preciso diferenciar “maras” de “pandillas”. Señala que las pandillas tienen un carácter más local, a diferencia de las maras, a las que califica como un fenómeno de origen transnacional. En este caso, el origen de las maras está vinculado a las deportaciones de convictos. En ese mismo sentido, se refiere Yansura[7] quien considera que la crisis de las extorsiones, como un fenómeno regional en Centroamérica, es el resultado de al menos cuarenta años de gestación, y resalta, dentro de ese lapso, las deportaciones masivas desde Estados Unidos, de “criminales convictos”, entre 2001 y 2010, lo que implicó una ampliación de la presencia de maras y pandillas y de las extorsiones sistemáticas como forma de agenciarse de dinero. Según Reséndiz Rivera, las pandillas se han extendido en una dinámica de “recaudación de rentas”[8] desde 1992.

Un informe de International Crisis Group, subraya la situación de las maras como organizaciones complejas cuya capacidad de expansión está relacionada con la necesidad de pertenencia de personas jóvenes de las periferias urbanas[9]. Jütersonke[10] sin embargo, indica que se debe tener cautela antes de proclamar una correlación inmediata entre el tamaño y densidad de las ciudades y las tasas de violencia urbana, aunque reconoce que las maras son manifestaciones urbanas. El fortalecimiento de las maras, según Fontes, está relacionado con la política de “mano dura” implementada por el gobierno en Guatemala a inicios de la década de los dos mil, que resultó en el encarcelamiento de muchos jóvenes de áreas urbanas empobrecidas. Muchos de ellos fueron reclutados por las maras, cuyos líderes vieron la cárcel como una oportunidad de ganar presencia y control de las mismas, y como una forma de operar hacia afuera[11] de una manera “corporativa”[12]. Fontes, además, hace relación de la importancia que obtuvo el acceso a telefonía celular desde las cárceles, para lo que índice, es el desarrollo del negocio más lucrativo y violento: las extorsiones[13].

Tendencias en el tiempo del fenómeno de las extorsiones

¿Cuándo se han registrado más denuncias por extorsión?

Al hacer una comparación de las cifras absolutas de los primeros seis meses de 2022 y 2023, destaca la diferencia entre el mes de abril del año anterior, cuando la cifra registrada fue un 47% más alta que la del presente año. La tendencia observada en 2022, de febrero a marzo, fue de un incremento del 34%, y luego de marzo a abril que también fue de 34%.  En 2022 este incremento se detuvo en abril, y luego se registró un descenso en mayo del 31% que se reafirmó en junio. De manera diferente, se pudo observar la tendencia en las cifras en 2023, que, aunque permiten observar un incremento entre enero y marzo, este fue del 14%. Después de un descenso entre marzo y abril del 19% se registró un incremento de 32% entre abril y mayo.  Finalmente se pudo observar un descenso entre mayo y junio del 9%

En mayo de 2022, el Ministro de Gobernación declaró que el incremento en la violencia en los primeros meses de ese año, estaba relacionado con el regreso a la “normalidad” después de los años en los que hubo restricciones relacionadas con la pandemia por Covid-19. Además, indicó el Ministro, que las medidas tomadas por el gobierno de El Salvador, pueden estar afectando a Guatemala en cuanto a que miembros de maras se trasladan a Guatemala para evitar ser sujetos a tales medidas[14]. No obstante, como sugiere O´Neil, es difícil hacer una clasificación de la violencia que ocurre en Guatemala si se considera que muchos de lo que se considera como tal, no está relacionado con las maras. De hecho, indica en relación a las extorsiones, muchas no son provocadas por miembros de pandillas, sino por personas que se hacen pasar por miembros de maras[15], que en Guatemala han sido conocidos como “imitadores”[16].

Gráfico 1. Comparación de extorsiones por mes, 2022 y 2023

Fuente: Elaboración propia con datos de Ministerio Público.

En los últimos ocho años, la cifra más alta de denuncias por el delito de extorsión, fue registrada por el Ministerio Público, en 2019, un 38% más que la registrada en 2018.  Aunque para 2020, la cifra se redujo en un 18%, entre ese año y 2022, se registró un aumento sostenido. Entre 2021 y 2022, el crecimiento fue del 5%. Es preciso tomar en cuenta que durante 2020 y 2021, como parte de las medidas de prevención de la propagación del Covid-19, fueron decretados varios Estados de Excepción por parte del gobierno, y medidas de confinamiento, lo que pudo haber tenido implicaciones en la reducción de las extorsiones durante esos años.

Gráfico 2. Denuncias por extorsiones, 2015-2022

Fuente: Elaboración propia con datos de Ministerio Público.

La tasa anual de 2019 fue de 90 denuncias por extorsión por cada 100 mil habitantes y la tasa interanual fue de 99. Al 30 de junio de 2023, la tasa interanual de extorsiones registrada fue de 77 por cada 100 mil habitantes, lo que representa un incremento del 11% respecto al mismo mes del año anterior, cuando la tasa registrada fue de 86 extorsiones por cada 100 mil habitantes.  No obstante, la tasa del mes de junio muestra un incremento en relación al segundo trimestre de 2023, después del descenso que pudo observarse entre enero y marzo.

Gráfico 3. Tasa interanual de extorsiones

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio Público

 

La cifra absoluta y la tasa registrada en 2019, muestra los alcances que ha tenido este fenómeno como práctica de violencia y su penetración en la sociedad guatemalteca, que puede ser ilustrada con el enfrentamiento que ese año se produjo entre dos bandos de agentes de el Ministerio Público, uno de ellos realizaba una investigación respecto al otro, aparentemente involucrado en cobro de extorsiones a pandilleros[17]. Ese año, fue implementada una campaña de comunicación por parte del Ministerio Público y la Superintendencia de Bancos para informar a las personas que tienen cuentas en los bancos del país, sobre los riesgos que implica el poner a disposición sus cuentas para operaciones relacionada a extorsiones[18].

Respecto a los meses en los que más denuncias han sido registradas, se puede observar que entre 2016 y 2018, fue el mes de octubre en el que se concentró el mayor porcentaje de denuncias anuales. En 2019, fueron los meses de julio y agosto, y en 2020 y 2021, los porcentajes más altos se concentraron en los meses de enero y marzo, respectivamente. En 2022 fue el mes de abril y en los primeros seis meses de 2023, fue el mes de mayo el que se registró el porcentaje más alto de denuncias. Entre 2015 y 2020, más del 50% de las denuncias por extorsiones fueron registradas en el segundo semestre del año, a diferencia de 2021 y 2022, años en los que el mayor porcentaje (más del 50%) se concentró en el primer semestre.

Gráfico 4. Porcentaje de denuncias por extorsiones anuales, por mes, 2015-2022

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio Público.

Como indica Jütersonke[19], las extorsiones son un fenómeno que puede producirse de diferentes maneras, ya sea de como un único evento, o como un evento ocasional, o, como ocurre regularmente, como actos sistemáticos que se registran con una periodicidad establecida /semanal, mensual o anual). Incluso ejemplifica, en el caso de Guatemala, aquellos períodos en el año que son económicamente significativos para una parte considerable de la población, como el pago de bono 14 y el aguinaldo, que se producen a la mitad y al final del año, y que también resultan ser de importancia para los extorsionistas.

Tendencias de lugar ¿Dónde se registran más denuncias por extorsión?

En el primer apartado se hizo referencia a algunas características de las extorsiones como fenómeno. Algunos autores, como se ha mencionado, relacionan las extorsiones con el crecimiento desordenado de las ciudades o, por lo menos, indican que la urbanización ha tenido implicaciones en la ampliación de las actividades de violencia de las maras, que han asumido las extorsiones como una de los medios principales para agenciarse de dinero.  Por ejemplo, Mike Davis[20], relaciona los procesos de segregación en la redistribución de los territorios urbanos que generaron fragmentaciones sociales con el crecimiento urbano que se produjo en las últimas décadas del siglo XX y que claramente encaja con las variables estructurales a las que se refiere Jütersonke cuando se refiere a aquellos factores que aportan a la conformación de las maras y pandillas en áreas urbanas. Jütersonke subraya como variables estructurales, la mayor posibilidad de emergencia de las maras en las áreas más pobres “aunque la correlación entre la pobreza y la violencia de las pandillas no es causal ni sistemática”[21]. Además, incluye otras variables como “el machismo, pues la mayor parte de los códigos de los miembros de las maras, con expresiones de una masculinidad intensificada; altos niveles de exclusión social y desigualdad horizontal; el legado del autoritarismo; el acceso fácil a armas y la débil presencia del estado y el déficit concomitante de gobernabilidad”[22] .

En Guatemala, la mayor parte de las denuncias que recibe el Ministerio Público por extorsiones, se registran en el departamento de Guatemala. Entre enero y junio de 2023, fueron recibidas 3,883 denuncias. Se trata del 51% de las denuncias durante el primer semestre de 2023. Le sigue el departamento de Escuintla, con 431 denuncias, lo que representa un 6% del total. Los demás departamentos concentran menos del 5% de la cifra absoluta registrada durante el primer semestre de 2023. En 2022, durante el primer semestre se pudo observar el mismo patrón, el departamento de Guatemala a la cabeza en denuncias recibidas, seguido de Escuintla.  No obstante, se pudo observar, además, algunos matices. Por ejemplo, el departamento de Guatemala registró menos denuncias en 2023, pues en términos absolutos en 2022 registró 4,080 y Escuintla, 538. Un 5% menos para el caso del departamento de Guatemala, y un 13% menos, en el caso del departamento de Escuintla. Además, el porcentaje concentrado por del departamento de Guatemala, fue menor en 2022 (48% del total nacional).  El resto de departamentos, de igual manera, registró menos del 5% cada uno.

Tabla 1. Porcentaje de denuncias por extorsiones recibidas
por el Ministerio Público a nivel nacional. Primer semestre 2023.
Concentración del total nacional por departamento

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio Público. *Datos de 2023, hasta junio.

En cuanto a las tasas registradas mensualmente, es en el departamento de Guatemala en el que se han observado las tasas más altas en cada uno de los meses entre enero y junio de 2023.  El mes de mayo es en el que se registró la tasa más alta en este departamento, con 23 denuncias por extorsiones por cada 100 mil habitantes. El departamento de Sacatepéquez es el que le sigue.  Este departamento registró las tasas más altas en los meses de mayo y junio de 2023, y fueron de 19 y 20, por cada 100 mil habitantes, respectivamente.

Durante el mes de junio de 2023, el departamento de Sacatepéquez superó con una tasa de 20 por cada 100 mil habitantes al de Guatemala, que en ese mismo mes alcanzó una tasa de 19. Es preciso mencionar que la tasa para ese mes en 2022, fue de 8 por cada 100 mil habitantes para el departamento de Sacatepéquez, lo que significa un incremento en la tasa de 150%.

Gráfico 5. Tasa de denuncias por extorsión a nivel departamental. Mes de junio de 2022 y 2023

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio Público


A nivel municipal, es preciso resaltar lo que ha ocurrido en el municipio de Guatemala. La tasa más alta de denuncias por extorsión en este municipio desde 2015, se registró en 2022.  Durante ese año, fueron presentadas 291 denuncias por extorsión, por cada 100 mil habitantes. Es un dato que muestra que antes de la pandemia, las denuncias por extorsión empezaban una tendencia hacia un incremento considerable y que se detuvo por el confinamiento que dio inicio en marzo de 2020.

 

Gráfico 6. Tasa anual en el municipio de Guatemala

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio Público e Instituto Nacional de Estadística.

Observando más de cerca, a lo interno del departamento de Guatemala, se pudo observar que es el municipio de Guatemala el que ha concentrado el mayor porcentaje de denuncias tanto en 2022 como en 2023, con un ligero incremento en 2023 (49% del total de las denuncias). Este dato es de relevancia si se considera que es en el municipio de Guatemala en el que se concentra la mayor densidad del Estado en cuanto a presencia institucional sobre seguridad y justicia.  En ese sentido es preciso examinar los alcances y limitaciones de esa institucionalidad en tèrmijo9s de prevenciòn ante fenómenos complejos como las extorsiones, que involucran elementos subjetivos como el miedo, que ha sido definido por Rossana Reguillo como “una experiencia vivida individualmente, construida socialmente y compartida culturalmente” [23]. Por otra parte, es preciso considerar la posibilidad de denunciar es mucho más cercana en el municipio de Guatemala, precisamente por la densidad institucional que posee.

La diferencia más significativa en estos dos años es la que se observa entre los municipios de Mixco y Villa Nueva. Mixco ocupó el segundo lugar en 2023, a diferencia de 2022, cuando ese lugar fue ocupado por el municipio de Villa Nueva.  Se trata de los municipios más urbanizados del departamento de Guatemala, después de la ciudad capital.

Gráfico 7. Concentración de extorsiones por municipio, comparación primer semestre 2022 y 2023

Fuente: Elaboración propia con datos de el Ministerio Público

A manera de conclusión

Con este texto se ha tratado de abordar la complejidad del fenómeno de las extorsiones en Guatemala, analizando características generales, tendencias en el tiempo y tendencias de lugar. A partir de esta información, se pueden extraer algunas conclusiones importantes:

Naturaleza compleja de las extorsiones: El fenómeno de las extorsiones en Guatemala es complejo y multifacético. Se origina en motivaciones económicas y de poder, involucrando tanto a perpetradores como a víctimas en una dinámica marcada por el miedo y la desprotección. La extorsión ha evolucionado a lo largo del tiempo, vinculada en gran medida al crecimiento y desarrollo de maras y pandillas, tanto locales como transnacionales, además de una importante presencia de imitadores.

Crecimiento y distribución de las extorsiones: A lo largo de los años, las extorsiones han experimentado variaciones en su intensidad y distribución. La expansión de maras y pandillas ha sido un factor determinante en el aumento de las extorsiones en áreas urbanas. El departamento de Guatemala ha sido el epicentro de las denuncias, concentrando la mayoría de los casos. Sin embargo, se observan fluctuaciones en los niveles de denuncias y tasas de extorsión entre distintos municipios y periodos.

Factores sociales y estructurales: El incremento en las extorsiones no se debe únicamente a motivaciones criminales, sino también a factores sociales y estructurales como la urbanización desordenada, la desigualdad social, la falta de oportunidades y la debilidad de la presencia estatal en algunas áreas. La violencia y el miedo se interconectan con estos elementos, creando un círculo complejo.

Impacto de eventos externos: Eventos externos, como la pandemia de COVID-19 y las políticas de mano dura en países vecinos, han tenido efectos notables en los niveles de extorsiones. Las restricciones de la pandemia y las deportaciones masivas de convictos desde Estados Unidos han influido en las tasas y patrones de extorsión. Las restricciones por el Covid, influyeron de alguna manera en la disminución en los años 2020 y 2021.

Necesidad de abordajes multifacéticos: La complejidad de las extorsiones en Guatemala requiere abordajes multidimensionales. La respuesta debe ir más allá de simplemente reforzar la seguridad y debe incluir medidas preventivas, acciones contra la desigualdad, fortalecimiento de la presencia estatal y enfoques para romper el ciclo de violencia y miedo.

En conclusión, el fenómeno de las extorsiones en Guatemala es un problema intrincado que involucra factores económicos, sociales y estructurales, así como la presencia de maras y pandillas. Las tendencias en el tiempo y en el lugar resaltan la necesidad de comprender y abordar este problema desde múltiples perspectivas, con el objetivo de reducir su impacto y trabajar hacia una sociedad más segura y justa.

[1] Evelyn Espinoza “Extorsiones en Guatemala: recomendaciones para la reducción del delito”. https://dialogos.org.gt/2020/05/26/extorsiones-en-guatemala-recomendaciones-para-la-reduccion-del-delito/ (Mayo, 2020).

[2] Idem.

[3] Tani Adams “La violencia crónica y su reproducción. Tendencias perversas en las relaciones sociales, la ciudadanía y la democracia en América Latina”. (Wilson Center, 2012).

[4] Ibíd., 33.

[5] Deborah Levenson, “Por si mismos : un estudio preliminar de las “maras” en la Ciudad de Guatemala”. (AVANCSO, 1996, 9-10.

[6] Oliver Jütersonke, et al. “Gangs, Urban Violence, and Security Interventions in Central America”.  (The Peace Research Institute Oslo, 2009), 8.

[7] Julia Yansura “Extortion in the northern triangle of Central America: following the money”. (Global Financial Integrity, 2022).

[8] Nelly Erandy Reséndiz Rivera, “Violento, luego existo : pandillas y maras en Guatemala” (UNAM, 2018), 55.

[9] ICG “El salario del miedo: maras, violencia y extorsión en Centroamérica”. (Bruselas, 2017).

[10] Oliver Jütersonke, et al. Op.cit.

[11] Anthony W. Fontes, “Mortal Doubt: Transnational Gangs and Social Order in Guatemala City” (University of California, 2018), 106.

[12] Anthony Fontes en “Miedo a las pandillas”, Diálogos Guatemala, https://www.youtube.com/watch?v=q6GYwdt2v_Q

[13] Ibíd., 110.

[14] Julio Román y Andrea Domínguez, “Estado de Excepción, pandillas y extorsiones: las declaraciones del ministro de Gobernación debido relacionado al aumento de hechos delictivos”, https://www.guatevision.com/nacionales/estado-de-excepcion-pandillas-y-extorsiones-las-declaraciones-del-ministro-de-gobernacion-debido-relacionado-al-aumento-de-hechos-delictivos-breaking, (10 de mayo de 2022).

[15] Kevin O´Neil, en “Miedo a las pandillas”, Diálogos Guatemala, https://www.youtube.com/watch?v=q6GYwdt2v_Q

[16] Tristán Clavel,  “Extorsionistas imitadores: oportunistas criminales en Guatemala”, (InSightCrime, 30 de abril de 2019), https://es.insightcrime.org/investigaciones/extorsionistas-imitadores-oportunistas-criminales-en-guatemala/

[17] Irving Escobar, “Balacera entre policías deja cinco heridos y disturbios en El Amparo, zona 7. reporte preliminar indica que los malos agentes estaban involucrados en un cobro de extorsión. https://www.prensalibre.com/guatemala/sucesos/dos-policias-resultan-heridos-en-ataque-en-colonia-el-amparo/. (2019).

[18] Claudia Acuña, “¿Sabía que prestar su cuenta para depositar dinero de una extorsión lo podría llevar a la cárcel?,” Prensa Libre, Abril 1, 2019, disponible en: https://www.prensalibre.com/ciudades/guatemala-ciudades/sabia-que-prestar-su-cuenta-para-depositar-dinero-de-una-extorsion-lo-podria-llevar-a-la-carcel/

[19] Jütersonke, Op.cit, págs. 4-5.

[20] Mike Davis, “Planet of Slums”. (London: Verso, 2006), 119.

[21] Op. cit., 378.

[22] Idem., 378-379.

[23] Citada por Paula Contreras Rojas, “Una propuesta conceptual para abordar los miedos sociales desde la dimensión sociocultural de las emociones”, Revista Antropologías del Sur Año 10 N°19 2023. https://www.scielo.cl/pdf/antrosur/v10n19/0719-5532-antrosur-10-19-95.pdf

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Edgar Menchú

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