La violencia contra las mujeres (VCM) sigue siendo una de las problemáticas más persistentes y complejas en Guatemala. Frente a esa realidad, las soluciones tradicionales han demostrado ser insuficientes. Desde Diálogos lanzamos el Blombos Lab, un nuevo laboratorio de innovación pública que busca repensar la forma en que el Estado responde a los desafíos sociales complejos, siendo la VCM uno de ellos, entre otros que buscamos atender.
Blombos Lab nace con una apuesta: generar soluciones colaborativas, creativas y basadas en evidencia. Y su ejercicio de lanzamiento fue un taller orientado a proponer estrategias integrales para atender la violencia contra las mujeres, basadas en una investigación publicada por el equipo de investigación de Diálogos.
No fue una actividad convencional. En lugar de presentaciones unilaterales, organizamos tres estaciones de trabajo bajo los siguientes temas para atender la VCM: gestión de datos, coordinación interinstitucional y prevención. En cada una, representantes de instituciones públicas, municipalidad de Guatemala, academia, sociedad civil y periodistas intercambiaron ideas, reflexionaron sobre escenarios futuros posibles y plantearon acciones concretas.
Todo el proceso se guió por los cinco principios que definen la identidad de Blombos Lab: orientación al usuario, experimentación, sostenibilidad, apertura y escalabilidad. Estos principios no son sólo una metodología: son una forma de hacer política pública desde la colaboración, el entendimiento mutuo y la evidencia.
Este blog recoge lo que ocurrió en ese espacio. No para cerrar la conversación, sino para ampliarla. Para compartir lo que surgió, provocar nuevas preguntas y seguir construyendo colectivamente. Partimos de conectar la investigación que produce Diálogos con los espacios de propuesta para el cambio y mejora de la gestión pública.
¿Qué pasaría si diseñamos las políticas públicas como si la vida de cada mujer importara desde el primer dato hasta el último eslabón institucional?
Estación 1: Gestión de datos – información que protege
El primer punto de partida del taller fue la información estadística. ¿Cómo se están recolectando, compartiendo y utilizando los datos sobre violencia contra las mujeres en Guatemala? Las/os participantes: de forma fragmentada, poco confiable y sin una visión común.
Quienes participaron señalaron que los registros actuales —desde los del Ministerio Público hasta los de la Policía Nacional Civil— no siempre utilizan los mismos formatos, y que muchas veces no se distinguen femicidios de otros delitos. A esto se suma la escasa institucionalización de encuestas que midan la violencia contra las mujeres, como la Encuesta Nacional de Calidad y Bienestar de los Hogares (ENCABIH, 2023); el poco seguimiento a las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Información sobre Violencia contra la Mujer SNIVCM; y una falta general de compromiso para dar seguimiento a los indicadores establecidos en el Plan Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres (PLANOVI 2020-2029).
Desde el enfoque del Blombos Lab, esta estación puso en el centro el principio de apertura: la necesidad de construir sistemas de datos que no sólo sean técnicamente sólidos, sino también accesibles, interoperables y útiles para todos los actores involucrados.
Durante la conversación surgieron propuestas como establecer un formato único para el registro interinstitucional de datos; fortalecer las capacidades técnicas de las instituciones clave; y renovar compromisos de colaboración a través de convenios claros. Se propuso, por ejemplo, que el ente rector impulse redes a nivel regional que acompañen a las instituciones para que cumplan los lineamientos en la recolección y el manejo de datos.
Sin embargo, se reconocieron los riesgos: la falta de compromiso político, el mal registro de los datos y la filtración de datos personales que puede poner en peligro a las víctimas. Frente a esos desafíos, las soluciones apuntaron a medidas estructurales como protocolos diferenciados e integrales, sensibilización del personal del sistema de justicia, y el diseño de formatos de registro que protejan la identidad de las víctimas sin perder precisión.
Estación 2: Fortalecimiento interinstitucional
Uno de los obstáculos más persistentes frente a la violencia contra las mujeres es la capacidad estatal de responder ante los hechos de violencia. Aunque existen marcos legales y estructuras institucionales, muchas veces estas no logran coordinarse entre sí ni mantener una respuesta consistente a lo largo del tiempo. Cambian los gobiernos, cambian las prioridades y, con ello, el seguimiento de los aprendizajes.
En esta estación, el diagnóstico fue claro: hay una desconexión entre las instituciones y las víctimas, un uso limitado del enfoque de género en los peritajes, y una “neutralidad” del sistema de justicia que, en los hechos, se traduce en desprotección. Además, persiste la concentración urbana de servicios, sin atención suficiente a las diversidades culturales y lingüísticas del país.
Desde la perspectiva del Blombos Lab, este desafío se abordó con el principio de sostenibilidad en el tiempo. Se necesitan construir estructuras que perduren, con funcionarios con formación continua y baja rotación, redes institucionales que trasciendan coyunturas y compromisos claros con el cumplimiento del marco legal.
Durante la sesión, surgieron propuestas dirigidas a fomentar la estabilidad institucional como fortalecer las unidades de género, vincular la carrera judicial con la aplicación efectiva del marco legal y sancionar a quienes incumplen mandatos de protección. Se habló también de aprovechar espacios como el gabinete de desarrollo social para coordinar acciones y de la necesidad urgente de una política pública nacional para las mujeres, acompañada de mecanismos de rendición de cuentas.
Sin embargo, también se identificaron posibles retrocesos: leyes regresivas, conservadurismos institucionales y falta de voluntad para sostener procesos. Para contrarrestar estos riesgos, se propusieron estrategias como campañas de sensibilización, alianzas con universidades y una mayor exigencia ciudadana para que el Estado cumpla su mandato.
En esta estación quedó claro que innovar no es sólo crear algo nuevo, sino asegurar que lo que funciona se mantenga, mejore y escale.
Estación 3: Prevención – no sólo reaccionar
En la tercera estación, la conversación giró en torno a un consenso incómodo: la prevención de la violencia contra las mujeres sigue siendo el eslabón más débil de la respuesta institucional. Aunque existen mecanismos y recursos, estos no están articulados ni implementados con enfoque territorial ni cultural.
Desde la perspectiva del Blombos Lab, este es un espacio clave para aplicar el principio de orientación al usuario. Prevenir no puede hacerse desde el escritorio. Requiere entender las realidades concretas de las mujeres, los obstáculos que enfrentan para denunciar, la resistencia de algunos liderazgos comunitarios y las brechas que impiden un acompañamiento oportuno y sensible.
Durante el taller, se planteó la necesidad de actualizar el modelo lógico de prevención, integrar enfoques como el trabajo con masculinidades, y asegurar respaldo político para convertir la prevención en una política de Estado, no en una serie de esfuerzos aislados. Se destacó también la importancia de contar con protocolos diferenciados, presupuesto asignado y formación continua para quienes están en contacto con la comunidad.
En esta estación, quedó claro que anticiparse es tan importante como actuar. Y que una política pública efectiva comienza mucho antes de la primera llamada de denuncia.
Una hoja de ruta en construcción
El taller que marcó el lanzamiento del Blombos Lab no fue sólo un ejercicio técnico sino una muestra de lo que significa usar metodologías para construir desde la colaboración y a imaginar un Estado con mejor capacidad para atender problemas estructurales.
Desde Blombos Lab creemos que los principios de orientación al usuario, experimentación, sostenibilidad, apertura y escalabilidad no son sólo guías metodológicas; son formas concretas de transformar la manera en que se diseñan e implementan políticas públicas. Y este taller fue una muestra de lo que es posible cuando se ponen en práctica.
En Diálogos buscamos poner a disposición un libreto de herramientas para este tipo de ejercicios participativos: nuestro primer Toolkit para desafíos de innovación pública.
Hoy la invitación queda abierta: ¿Y si aplicáramos estos principios a otros desafíos del país? ¿A qué problema deberíamos ir después?